martes

Dejame vivir esa fantasía, prestame una hora de tu vida, que la mía muere en carcajadas, que hay tiempo para pedir perdón. Vestirte de alegría, dibujar un corazón en mi reloj. Retar a mi sonrisa a encontrar algo mejor escondido tras la rutina de no saber qué día es hoy, y caer en la cultura de no saber amar, porque da igual si sos hombre o si sos Dios, solo quiero que no digas que no, que confundas la locura con la imaginación. Porque hoy no hay ley ni justicia, ni mucho menos razón,  

abrile la jaula a tu corazón.