martes

Escribo para la cara de nadie para que aun así se burle de mi, incoherente, únicamente yo se lo que pasa dentro de mi mente, a través de mis manos, corriendo entre la gente. Después de cada rasguño en mi piel, mi corazón se hace cargo de sanar las heridas, porque infectadas con amor mis venas podridas parece que desangran vida, sin piedad, esperando que el infierno muerda mis pies. Veo sangre y veo tu amor, veo sangre fria y sucia, odio, rencor. Escucho gritos desde abajo, algo me llama, dulce y tentativo. Intento ir más lejos pero estoy atada al dolor, tengo algo que cumplir, tengo algo que vengar, tengo mucho que decir y tengo mucho que gritar. Pero es silencio lo que escucho, risas, llantos, lágrimas, sonrisas falsas que parecen engañar y empujarme a estas profundas ganas de matar.